En este artículo queremos daros unos pequeños consejos para que, poco a poco, vuestro perro se adapte al bozal y no sea algo negativo ni para ti ni para él.

Con un buen trabajo podremos ponerle el bozal de manera tranquila y así usarlo cuando vayamos al veterinario o cuando viajemos en metro.

PRIMER PASO, ELEGIR UN BOZAL ADECUADO.

Si queremos que nuestro perro tenga una buena aceptación, es muy importante comprar un bozal adecuado. No todos son iguales y algunos pueden conllevar muchas desventajas.

TIPOS DE BOZALES.

Bozal de tubo.

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Tenemos el bozal de tubo (son de tela o cuero en su mayoría) el cual nosotros no aconsejamos porque no permiten que el perro abra la boca, de manera que el perro no puede jadear.

El jadeo es un comportamiento fundamental para regular la temperatura corporal y es especialmente importante cuando hace calor, cuando el perro hace ejercicio o en situaciones estresantes.

Además, al no poder abrir la boca, el perro no puede beber y no puede recibir premios en comida, que podrían ser útiles para realizar trabajos específicos o queremos premiar su buen comportamiento en el Metro.

En el caso en el que el perro vomitara teniendo el bozal puesto, este tipo de bozal puede suponer un grave riesgo para la salud del perro.

Bozal de cesta.

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Nosotros os aconsejamos el de cesta, (son de plástico, metal o cuero). Tapan por completo la boca del perro pero al ser de rejilla permiten que el perro abra la boca, jadee, beba agua, pueda tomar premios si se está trabajando etc.

Pero impiden que el perro muerda.

De hecho, los bozales de cesta son más cómodos y seguros de llevar que los bozales de tela y se pueden utilizar durante períodos de tiempo más largos.

Para perros braquicéfalos existen bozales especiales adaptados a la forma de su hocico y que además de tener dos cintas que pasan debajo de las orejas y se cierran en la nuca del perro, poseen una tira que pasa en la frente del perro y que se conecta a las cintas traseras.

TRABAJO A REALIZAR.

Una vez elegido el bozal adecuado para la raza de nuestro perro, planificaremos un trabajo para positivarlo.

  • Durante unos días dejaremos que el perro lo huela, curiosee y lo inspeccione por sí mismo SIN OBLIGARLE a ponérselo. Si de vez en cuando se le da un premio cuando lo huele con curiosidad y sin miedo pues mejor que mejor.
  • EL segundo paso será poner un trozo de premio (o sujetarlo por fuera) de manera que el perro tenga que meter el morro para coger dicho premio.
  • Cuando esto lo tengamos muy avanzado el siguiente paso será hacer como que abrochamos el bozal mientras nuestro perro come el premio.
  • Cuando el perro acepte bien el paso anterior, entonces empezaremos a abrochar el bozal si ajustarlo mucho. En cuanto tome el premio se lo quitaremos.
  • Poco a poco habituaremos al perro a tener el bozal puesto en espacios cortos de tiempo de manera que se adapte a él. Mientras podemos practicar algún ejercicio si el perro nos lo permite aprovechando así para premiarle por portarse tan fantásticamente. También iremos ajustándolo a su tamaño de manera progresiva.

De este modo tendremos a nuestro perro listo para poder viajar o visitar lugares donde se requiera que el animal lleve puesto un bozal sin que para el suponga algo traumático ni negativo.

Si, por cualquier motivo, tu perro le tiene miedo o no se ha realizado un trabajo similar a este y tu perro no soporta el bozal, puedes contactar con nosotros y explicarnos tu caso para poder ayudarte.

Debemos tener en cuenta que cada perro, al igual que las personas, es diferente y debemos adaptar el trabajo de manera individualizada.

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